miércoles, 29 de julio de 2015

Viviendo en Lima

Buenas tardes a tod@s:
Ya está pasado el primer tercio de viaje, y ya ha pasado un mes completo de estancia en Lima. La verdad es que volando. Cuando me preguntan qué tal la vida aquí, para mí, y en este mes, no se ha notado casi la diferencia de Sgto. Si me apuras por el tema de la novedad me he movido incluso más.
Una cosa que me queda clara es que esto está mucho más atrás, mucho. Pero también es verdad que el potencial esta, y que la gente es mucho más cálida.
Jorge estuvo un fin de visita marital (más bien día y medio), y programe para que viera distintas cosas. Lo primero fue un paseo por Miraflores, que es uno de los distritos pijos de la ciudad. Incluso le lleve a Larcomar, que es un centro comercial prácticamente “colgado” del barranco que es la línea costera limeña. Y también comimos en uno de los restaurantes más conocidos de por aquí (uno de tantos). Y me decía “pues bien limpio y bonito que es Lima, no sé porque te quejas”. Pero tras la comida fuimos al centro histórico… y ahí la cosa cambio. De momento todo se vuelve más…. racial. Y la sensación de pobreza, de país emergente (linda palabra para lo que antes eran los países en vías de desarrollo o subdesarrollados). De hecho no saco su móvil ni una vez. Ojo, que la Plaza de Armas de Lima es preciosa, simplemente magnifica. Se nota donde era la capital, en la majestuosidad de los edificios. Y por eso mismo, viendo como en buena parte están pidiendo a gritos una conservación, se puede apreciar mas donde estas realmente, y como es la realidad para un 90 % de la población.
De lo del restaurante hay que decir que la leyenda urbana es cierta: en Lima se come de maravilla, y prácticamente en cualquier lugar. No solo es ceviche, es que la cocina en general está elaborada y con sabores estupendos. Y es más, un muy buen restaurante, vinos y postres incluidos, pueden ser unos 40€ por cabeza. Os puede parecer mucho o no tal como están las cosas en España ahora, pero os aseguro que merece la pena. Y viniendo de Santiago el contraste es dolorosamente mayor, ya que el servicio y la comida allá, son tan malos…. Sobre todo el servicio. El que salgas del restaurante diciendo que no solo comiste bien, sino que además toda la experiencia fue buena (como referencia fui a Pescados Capitales, La Cabrera y La 73)
No solo en eso está la cosa más movida. También en lo cultural. No sé por qué, pero ha sido llegar aquí y volver al teatro, y así en un mes he ido dos veces, cosa que en Chile no logro. Parece que esas cosas las están cuidando y se nota.

Para mí el siguiente paso será Machupichu con Jorge el 15 de agosto. Uno de los destinos que más ganas le tenía. Ya mandare las fotitos.

Y ahora os dejo una anécdota de cómo le falta a esto camino, y de la inseguridad que hay que la ciudad. Cuando tomas un taxi a la salida de la discoteca, personal de seguridad te graban con una video cámara, graban al chofer y la matrícula del coche… como medida de seguridad para posibles atracos. Y cuando lo mencionas alucinando, resulta que te dicen que está bien, que es una buena medida. ¿Os imagináis que nivel de atracos y secuestros hay en los taxis para que eso se haya estandarizado? Yo casi aprovecho para saludar a la familia por si eran mis últimas palabras…..


Besos&abrazos

viernes, 17 de julio de 2015

Barranco

Buenas tardes a tod@s:
Ya han pasado las dos primeras semanas en la nueva delegación. Tanto de mi empresa como de Crónicas Indianas.
La verdad es que para lo que pudiera haber sido, no ha habido tanto cambio. Al menos en el día a día. Por si no os acordáis, yo ya había estado en Lima. Aproveche eso para quedarme en una zona que ya conociera. Estoy por Barranco, que es una Malasaña cualquiera. El municipio en si no es malo, pero la parte donde me quedo es encantadora. Combina casitas coloniales reformadas, con edificios nuevos chics. Todo muy a lo hípster. De hecho mi piso está a 150 metros de donde me quedé aquella vez. Eso ha servido para que supiera nada más llegar donde comer un buen ceviche y donde había un supermercado.
Luego en el trabajo, como es la misma empresa, mismas normas, mismas maneras de hacer las cosas, solo te tienes que acostumbrar a los desastres de los clientes, que son de lo peor. Por eso cuando desde casa me preguntan que tal… pues de momento sin demasiada novedad.
Eso sí. Si Santiago es la España de los 90, aquí te vas a la España de los 60. Quitando dos zonas de la ciudad, y algo donde yo vivo, el resto es básico. Si la renta per cápita en España es unos 32000$, y en Chile es 16000$, aquí baja a …. 6000$. Eso os puede dar una idea de lo que digo. Todo está por hacer: carreteras, infraestructuras… hasta los centro comerciales todavía tienen que explotar. A mí se me hace precario. Un par de post atrás os comentaba que tras Chile podría conducir por la izquierda. Pues tras Lima podré conducir en el Paris Dakar. Además todo es por medio de bocinazos, como un lenguaje nuevo. Lo más alucinante es que tocan el claxon incluso cuando no hay más coches…..
O las coimas (sobornos). Ya me han dicho dos de los compañeros españoles que lo más normal del mundo es que la policía te detenga cuando conduces, se inventen una infracción, y después de marearte te digan que se puede arreglar…. Estas cosas hacen que extrañe los bordes (pero incorruptibles) carabineros chilenos.
No todo es negativo. También gano en cosas. Por ejemplo sigo sorprendido que en los sitios a uno le atiendan bien. Que lastimita da que llame tanto la atención. O la comida. Prácticamente en cualquier lado uno puede comer genial, y por poco dinero.
En cualquier caso se me va a pasar muy rápido. De eso seguro. Y también me salto el invierno, que aquí se va en mangas de camisa e incluso manga corta, estando en lo que sería nuestro diciembre
Pues os dejo. Ya os iré contando como me va en el tiempo libre, que supongo será donde realmente más lo note

Besos&Abrazos