Os dejo aquí un artículo que me
dio un amigo de Santiago. Se llama el síndrome del Viajero Eterno. Os
recomiendo que lo leáis entero. Da una visión muy buena de lo que pasa cuando
has pasado por demasiadas ciudades y demasiados hogares.
Él lo leyó en una reunión que tuvimos en su casa, y según avanzaba
en el texto, te dabas cuenta de cuanta verdad tiene. Cuando escribo estas
notas, parte de las listas de distribución se llaman “Canaria” o “Valencia”.
Y alguno de los correos va a sitios tan diversos como Brasil o Cuba. Así que
parte de los lectores sabéis a que me refiero, y otra parte habéis colaborado
en que me haya sentido a gusto fuera de mi Madrid.
Me da especial desasosiego la
parte de la foto fija y como al final no logras estar cómodo en ningún sitio. Y
es que tras ya 2 años y medio fuera de casa, y tras solo 3 viajes a España
desde entonces, hay que entender que el mundo ha seguido moviéndose allá. Como
menciona, la foto, el recuerdo que nos queda en la cabeza a los que estamos
fuera, es una foto fija, una instantánea de un momento concreto en el que
congelamos nuestra memoria. Eso hace que en muchos caso, como pasa con todo en
la vida, idealicemos el recuerdo del lugar, sin darnos cuenta de que ha habido
una evolución. Un ejemplo es cuando oigo quejas de cómo funciona ahora el metro
de Madrid. Es algo que yo no concibo, por la sencilla razón de que cuando me
fui estaba perfecto y era algo para presumir fuera. ¿Qué pasara el día que
vuelva y vea que aquello no tiene que ver con lo que yo pensaba? ¿Qué pasara
cuando compruebe que aquel sistema público de viajes por el que suspiraba, no está
a la altura de mi memoria?
Eso es solo un ejemplo. Una simple parte de todo lo que
puede cambiar y moverse sin que uno se de cuenta, y que no volverá a ser igual.
Y también es algo que causa vértigo cuando te pones a pensar en ello. ¿Sera lo
mismo para el resto de las cosas? ¿Esa noche madrileña por la que mataría habrá
muerto a manos de la Botella? ¿Ya el vermú que tanto querías no te sabrá igual?
¿Y con la gente? ¿Sera lo mismo de siempre?.Para eso si tengo una respuesta y
es no. Sera parecido, en unos casos mejor, en otros peor, pero siempre
distinto.
Y es que al Viajero Eterno
solo le queda la opción de estarse adaptando constantemente al nuevo hogar,
aunque ese nuevo hogar sea el antiguo. Porque mientras no has salido nunca,
puedes pensar que el mundo se queda en lo que conoces, pero una vez que has
estado fuera, nada te garantiza que no salgas otra y otra vez.
Besos&abrazos