Buenas tardes a tod@s:
Fijaos si ha pasado tiempo, que ahora tengo un año más que la última vez que os escribí. Sí señor, ya cayeron los 37 y cada vez se ve más cerca eso de los cuarenta…. Solo pido llegar a ellos con pelo en la cabeza (hay que recordar que el pelo en el hombre es como la energía, solo se transforma: de la cabeza a orejas y otros lados impensables) y sin barriga.
Bueno, que me voy por las ramas. Lo principal es contaros de cómo se vive un cumpleaños a 11.000 km de distancia del hogar. Y mira que ya los había hecho en sitios como Córdoba, Valencia, Canarias… Pero bueno. La fiesta en si fue al estilo chileno: calmada. Reservamos la sala común del edificio y convocamos a la gente para tomar una copa. No estuvo del todo mal, y entre unas cosas y otras éramos como unos 20. Buena cifra para el tiempo pasado y que solo estoy en Santiago 6 días al mes. En cualquier caso muy agradable, y aunque eche muuuuuuuucho de menos a toda mi gente, no fue estarse solo. Ya a partir de las dos fue un poco más de lo mismo, y los que quedábamos en más o menos buen estado nos largamos a la disco a terminar la noche.
Lo complicado fue al día siguiente. Complicado porque era realmente el 21 y el ultimo regalo (hay que reconocer que cayeron muchos) fue un paquete de “kleenex”. Premonitorio, pero escaso: necesite todo un rollo de papel higiénico para ver el video que me mandasteis. Cabrones!!. Ni en el estreno de Titanic se había visto tanto lloro. Madre mía que panzada. Ni Cola de caballo ni ostias: si quieres perder los líquidos retenidos un video de todos tus amigos y familia felicitándote y te quedas sequito, sequito.
Gracias a todos una vez más. Sé que no es mucho, pero es lo que siento: gratitud por un detalle imborrable.
El resto del día ya más normal: probarse toda la ropa regalada, ir al centro comercial a cambiar las tallas de la mitad de lo que te han regalado, y a la noche cena para dos en el restaurante giratorio de Santiago. Por cierto anotadlo como buena opción para una noche de “guiri”.
Ahora como entenderéis escribo desde el precioso Calama. Mi día de la marmota particular. Con una novedad: YA TENGO BILLETE DE VUELTA A ESPAÑA!!!. Aunque sea solo para unos días, me vais a tener que aguantar nuevamente en la ciudad. Y me da igual donde os escondáis: os encontrare. El vuelo es para el día 20 a la tarde, con lo que si todo va bien el día 21 de diciembre a eso de las 16 puedo estar ya por el segundo (o tercer) vermú en Malasaña. Espero que entendáis que mi orden de prioridades es muy estricto: vermú, bravas, alioli y ya después familia y amigos. No quiere decir que no se puedan mezclar las cosas, y espero que todo aquel que esté libre y por la capital del Reino (o estado federal en breve) se apunte y compartamos unas risas (niños mochila incluidos).
La vuelta esta algo más confusa. El billete no está sacado y las ganas de volver con estos pánfilos cada vez más escasas. Que sucederá?. Pues quien lo sabe… Yo sinceramente intentare prolongar mi estancia lo más que pueda, aunque solo sea por saludar al máximo posible de gente (es que volver a repetir que por estarme el máximo tiempo posible en bares y en las calles de mi ciudad no sonaría bien).
Más novedades. Pues llegan por parte de Jorge. Que no solo está ya con contrato y trabajo, sino moviéndose por Chile a vigilar tiendas. Esta feliz en el trabajo, y se le nota: apenas se ha quejado por tener que madrugar!!!! Además a este paso conocerá mucho más que yo en el primer mes. Ya en su primera semana ha ido de viaje a Concepción, al sur. Y si la próxima está en la Serena… En fin. Claro que todo tiene sus pegas, y el pobre solo estará en España del 18 que llega a la noche del 25 que tiene que volver a cruzar el charco. El colmo de los colmos: habrá unos cuantos días que estará en Santiago y yo en Madrid. Cosas que tiene la vida……
Al resto de expatriados a ver si responden. Y en eso incluyo a la parte cubana de la delegación americana. Que debiéramos de coordinar fechas, horas y hemisferios para vernos.
Besos&abrazos
P.D.: Os dejo un link de El Mundo que me ha hecho gracia: Generación Exilio