sábado, 28 de enero de 2012

Crónicas Indianas


Hola a tod@s:

Ya camino de las dos semanas aquí, y puesto que han tenido el detalle de no hacerme trabajar el finde, pues os escribo otro poco. No os penséis todavía en una descripción de cómo es la ciudad. Entre semana no da tiempo de nada, pero sí que se van averiguando más cosillas acerca del país en general.

Una cosa vais a apreciar más de España (por mucho que el barco se esté hundiendo) después de lo que os voy a contar: la Sanidad. Aquí es una adaptación del sistema americano. La sanidad es privada, aunque es obligatorio que todo el mundo tenga seguro, algo parecido a lo que quiso poner Obama y los piiiiiii de los republicanos le echaron abajo. Del sueldo te quitan un 7%, que va a un fondo que es tuyo, no a una saca común. Entonces en función de lo que tengas capitalizado, así tienes que pagar o no cuando vas al médico. La gente con un sueldo bajo tendrá una saca propia más baja, así que a la mínima se quedan sin asistencia… o se tiene que endeudar para ir al médico. Esto además de que me lo han contado, lo acabamos de sufrir en carne propia. Una compañera fue a urgencias el otro día por un dolor de lumbago grave, y la broma la salió por cerca de 100€. En el listado te cobran hasta los guantes de látex de la enfermera que te atendió….. Muy fuerte. Menos mal que no le hicieron un escáner o parecido, que si no se muere de verdad. Y eso teniendo seguro privado…. En fin…..

También logre salir ya a dar una vuelta. Así he descubierto que los chilenos no solo tienen mentalidad alemana en cosas del trabajo, sino también a la hora de salir. La vida nocturna es, en el mejor de los casos, limitada. La ciudad es como un pan sin sal, y eso te lo dicen hasta ellos. Entre el trabajo, y que cuando no trabaje no tenga donde salir, cuando vuelva a España voy a arrasar.
Aquí es que todo está en los Mall (centros comerciales por si hay alguien de Burgos). Hasta los sitios donde cenar y tomar copas. El concepto “calle de tiendas” directamente no existe. El más vivo ejemplo es que solo hay dos Zaras en la ciudad y están en malls (si son estos dos datos de bares y tiendas no logro disuadiros de que vengáis, no lo lograre nunca)

Claro que eso no impide que yo sociabilice y con los contactos que me habéis ido dando unos y otros al menos conozco gente. También están los compañeros de trabajo, que la verdad es que son geniales. Mucha gente se mueve en los círculos de españoles, y por mucho que empezamos a abundar como las cucas, al final por lo visto se conoce todo el mundo. Ya lo comprobare. Uno de los compis celebra su cumple y hace un “algo” en su casa, y supongo que ya conoceré a más gente….

Lo del lenguaje sigo sin explicármelo. Que no entendiera a la gente en Manchester era normal, era otro idioma. Que no lo haga aquí me deja pasmado. He descubierto que las palabras son como la energía, ni se crean ni se destruyen, solo se transforman. Una bombilla es una ampolleta. Y como la palabra queda libre, pues la usamos para nuestra “pajita”. Y pajita mejor ni lo digáis…. El uso para el que lo han reciclado no es de lo mejor…..

Pues nada, voy a comer, y aprovechare la tarde para ver Santiago … ¡por fin!

Besos&abrazos

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