En una de las partes del programa de la tele me preguntaban
que cuantas veces me preguntaba que qué hacia yo allí. A aquello respondí que
todos los días, pero que de golpe me veía un telediario y con las noticias que
salían me acordaba de porque me había tenido que largar de casa.
Esta semana tuve otros dos golpes de realidad.
Uno de ellos vino de uno de los empleados que había en
Inbobe. El vino a Chile como “fichaje” desde España, a montar mucho y ganar
más. Y eso fue así hasta que una de las veces se fue/echaron de Inbobe. La
razón fue que se quejaba mucho y quería mucho más de las condiciones con las
que se traslado aquí. Después de eso me tanteo para que le contratara yo, y en
una reunión que tuvimos le explique que no tenía problemas, pero que tenía que
ser como chileno: sueldo, horario y tipo de contrato. Evidentemente me dijo que
no y que iba a tantear otras cosas. Esta semana me volvió a llamar. Había
vuelto a Chile tras dos meses en España intentando buscar algo que hacer. Nada
de nada. Así que aceptaba lo que le propuse la otra vez. Es más. Como esta vez
se ha vuelto sin un trabajo tiene problemas con el visado, y lamentablemente
hasta que no arregle todo eso no le podre contratar……. Ni os cuento de su cara.
Otro de esas impresiones fue por parte de un amigo. Es
uno que ha venido contratado desde España para ser profesor de la Universidad
para, en teoría, compaginar dar clases con investigación. O eso le dijeron.
Mejor dicho “les”, porque fue en un pack de 20 personas contratados a través de
un programa que busca personas en casa para que se vengan aquí. Ya os he
comentado hasta la saciedad las maravillas de la enseñanza aquí. Con este
movimiento esa universidad pretendía mejorar su nivel a base de publicaciones.
Pues eso, pretendía. Porque la realidad es que al final donde dije digo, digo
Diego y de investigar nada de nada. A dar clases como cabrones y que si tan
claro lo tienen que mejor se está en España, que se pueden volver. Es decir que
les han estafado de lo lindo. Lo malo de eso es que seguramente se hubieran
venido igual si les dicen la verdad, pero lo que hicieron fue aprovecharse de
la situación en casa y lanzar el anzuelo de un buen trabajo para contratar a
gente cualificada.
Son cosas como estas las que te hacen recordar el porque
estoy aquí. Y te sientan bastante mal. Porque te dejan una mala sensación en el
cuerpo. De cómo se ha llegado a esto. Sobre todo lo de este montador que os
cuento, que ha pasado de fichaje y pedir a tener que “tragar” con lo que yo le
ofrecía. Da mucha pena. Y rabia. Y muchas más cosas que supongo que todos
sentís.
En otro orden de cosas, por fin he ido cerrando temas. Mi
flamante coche comprado en febrero, ya está vendido desde el martes pasado. Y
es que lo mío está claro que no es tener uno en propiedad. La otra vez fue en
un año. Esta he batido el record y han sido cuatro meses. Siempre será mejor
uno de empresa que uno propio y todos los gastos que conllevan, pero vaya.
También logre cerrar el tema de la anterior casa. Y es que
aquí no se devuelve la fianza hasta un mes después de haber dejado el
departamento, y normalmente hay que lucharla. Lo mío ha sido así, y tuve una
bronca de mucho cuidado con el dueño, que quería cambiar el suelo a mi costa.
Pero el no debía de acordarse de que yo trabajo en la construcción, porque de
otro modo no me lo explico. Me toco ir con un arquitecto amigo para explicar
que si se le ocurría hacer eso, perderíamos todos, porque eso no era cierto y
pensaba pelear hasta el final. Y me salí con la mía porque me lo ha devuelto
todo.
Y lo último que he logrado cerrar es lo de mi teléfono. Porque
más de uno no sabrá que uno de los mejores móviles que existen es un Iphone 5.
Porque aunque se te caiga al suelo en una calle llena de agua y pase un coche
por encima, el jodido sigue funcionando. Luego se le van cayendo cachos
de pantalla y hay que sujetarlo con celo, pero básicamente mantiene intactas
todas las funciones. Eso sí, arreglarlo cuesta 250 €. Un pequeño detalle sin
importancia. Y en España, que aquí cuesta 350 €. Así que me toco comprar uno
que vino de casa, y supongo que en patera, porque a pesar de enviarlo urgente
tardo dos semanas….
Uy. Se me olvidaba. Además me he comprado un billete para
agosto. Ocho meses después podre estarme unos días en casa. No en la mía porque
esta alquilada, pero si en la de mi madre de la que no pienso salir. Creo que
me dejare mimar hasta hartarme. Y después en la maleta me pienso traer un cerdo
entero en forma de jamón y chorizo.
Pues nada chicos, con algo un poco más alegre hasta la
próxima.
Besos&abrazos