Buenas noches a tod@s:
Que tal todo? Como van las cosas? Yo llevo algunos días
dándole vueltas a que contar. No es que no haya sucedido nada, pero sí que me
gusta contar cosas significativas, y esta vez no se me terminan de ocurrir.
Aquí, tras el parón que supone el verano, todo ha vuelto a
la normalidad que supone la entrada del mes de marzo. Más de uno seguro que se
extraña, pero nuestro septiembre es aquí el mes de marzo. La vuelta al cole de
los escolares, la entrada de la gente en los trabajos, los anuncios de la ropa
de otoño, los atascos y la congestión en la ciudad. Este año, ya con tele en el
piso y más comunicado con la realidad del país, me ha hecho mucha gracia el
descubrir como ciertas cosas son totalmente internacionales, o como poco, son
iguales entre Chile y España. En este caso concreto son las “noticias de
relleno” de los telediarios y los programas de actualidad. Son las típicas
cosas como: “que hacer en verano en Santiago”, “los reportajes a pie de
atasco”, “los reportajes de la gente en el lugar de vacaciones”….. Creo que
todos sabéis cuáles son esas noticias que invariablemente, año tras año por la
misma época, salen en todos los telediarios que se precien. En el mejor de los
casos cambian de reportero/a. En mi caso me ha resultado gracioso como, incluso
en un sitio donde la vuelta a la realidad tras las vacaciones ocurre en marzo y
no en septiembre “como Dios manda”, las noticias y el tipo de programa en la
tele prácticamente haya sido igual. Por cierto, que el famoso concepto de
“cuesta de enero”, aquí es “cuesta de marzo”. La vuelta al cole de los niños,
con todo lo que supone (libros, uniformes, matriculas… por cierto con las
noticias típicas de cómo ahorrarte dinero incluidas), la vuelta a la
universidad y sus costos, o el pago del “numero del coche” y otros impuestos,
hace que marzo sea aquí el peor mes del año.
Nosotros estos dos últimos findes hemos estado bastante
tranquilos, sobre todo para lo que somos. El pasado hicimos gala de inmigrantes,
y entre unos cuantos hicimos una paella (que mis lectores del levante me
perdonen por el atrevimiento y por llamar así al resultado de lo que
cocinamos), una buena palangana de sangría y unas tortillas, y nos juntamos en
el quincho de un edificio a comer y beber poniendo a parir al país que ahora
mismo nos da de comer. Con esa simple tarea nos ahorramos una buena cantidad de
dinero en psicólogos y terapias.
Este en cambio ha sido fin de semana tipo L’Oreal: es decir
porque nosotros lo valemos. Hemos estado en Con con (así se escribe el nombre
del pueblo, no es una errata), que es un pueblecito costero como a media
hora de Viña del Mar. El pueblo en si os lo podéis imaginar, de nulo a cero.
Pero la zona cerca de la playa estaba muy bien, con unos cuantos casoplones de
gente adinerada, unas playas minúsculas pero suficientes, y sobre todo el hotel
ha sido una maravilla. Os dejo por aquí algún enlace para que podais ver las
fotos y os hagáis la idea. Creo que jacuzzi como tal nunca había tenido en la habitación
del hotel. Además ha hecho muy bueno, al ser marzo la zona no estaba totalmente
colapsada, con lo que hemos llegado a casa como nuevos y bien bronceados. Por
cierto que en el año que llevo aquí es la primera que estoy en la playa. Por
supuesto de tocar el agua ni hablar. Como os imaginais esta helada. Nosotros lo
más que tenemos es el Cantábrico, y alguno dirá que Galicia o zona de Huelva.
Pues de eso nada. Pensad que lo siguiente que tienen de tierra aquí delante es
Australia, y como mucho. Además que nada de corrientes cálidas. Con lo que
meter un pie en el agua es andar cojo toda la vida y si te bañas te conviertes
en Disney segunda parte.
En el tema de trabajo hasta arriba. Los dos. Jorge ya ha
pasado su calvario particular y han sido tres semanas de no vernos, con el
dando vueltas por todo el país y trabajando a doble turno. Yo he descubierto
que más me vale estar a gusto en la oficina, porque me paso muuuuuuuchas horas
ahí. Nada de jornada reducida ni leches. Parece que tengo que firmar y autorizar
hasta la última tontería que pasa. Nada practico os lo aseguro. Que mejor eso
que otras situaciones, pero madre mía con lo de organizar una empresa….
Bueno chic@s. Os dejo. Como diría un amigo se nota que ya no
ando tan enfadado con el país, o mejor dicho, que para ciertas cosas me voy
acostumbrando. A otras no lo haré. Como que aquí he dejado de poder comer
comida rápida. ¿La razón?. Que ni en los Mc Donald's son capaces de poner una
hamburguesa con algo de eficacia (y si no os lo creéis preguntad a Jorge, que
cada vez que entra en uno se pone de una mala hostia de cuidado….)
Besos&abrazos