sábado, 15 de diciembre de 2012

El Almendro


Buenas tardes a tod@s:

Durante los últimos 11 meses más o menos cada 15 días tenéis un mail en el que pongo un asunto que pretende ser el resumen del mail. Normalmente además suelo explicar, más o menos, porque he elegido ese asunto o titulo. Esta vez es totalmente innecesario. La imagen del chico en tren que vuelve a casa con el uniforme y le ve su madre de sorpresa, la del marinero que llega a casa, todo eso con la música que todos tenemos en la cabeza grabada, es lo que se viene a nuestra mente cuando leemos “El Almendro” (salvo algún borracho incorregible que puede pensar en La Latina y los copazos, como por otra parte me pasa a mi).
Hordas de españoles volviendo a casa para la cena de Nochebuena, mil preguntas de “tu para cuando tienes el vuelo”, y miles de recuerdos tontos de Chile viajando para España de parte de unos inmigrantes, que no por estar en una cierta parte de la sociedad chilena, dejamos de serlo.
Yo por mi parte estoy deseándolo. Un año es demasiado. 11 meses desde aquel 16 de enero en el que tomaba un avión para París y después para Santiago de Chile. Once meses en los que me he tenido que acostumbrar a un millón de palabras que ya no me llaman tanto la atención. Tiempo en el que he pasado vicisitudes en el desierto, he vuelto a trabajar después de 2 años en el paro y he vuelto a tomar el pulso a la vida laboral. Tiempo de peleas con toda la burocracia de un país ajeno en las que no siempre he ganado (la mayor parte de las ocasiones me conformo con un empate digno). Pero también un periodo en el que he vuelto a comprarme muebles, he decorado una casa, he hecho conocidos y algún amigo, he cerrado nuevas rutinas y he llegado a andar por las calles de una gran ciudad por instinto, sin necesidad de pensar. Se han descubierto paisajes que nunca pensaste que existieran y he llorado como un descosido con vídeos de la gente el día me mi cumpleaños.

Toda una parrafada la que he soltado. Pero es que en días así es lo que el cuerpo te pide. Por otro lado me voy a estar allí muchos días, en casa, y aunque estoy seguro que alguien se me quedara en el tintero, también es verdad que podre veros a tod@s (o casi). Espero fecha para que alguna pareja de Rubios organice un cocido para poder conocer a parte de los nuevos retoños con muuuuuuchos garbanzos y una buena cantidad de vino. También confirmo al ala levantina de la afición un viaje para la capital del Turia, de la que espero volverme a Madrid con estreñimiento de todo el arroz que me hagan comer (esto también es una directa para que se vaya encargando el arroz). A la gente de Madrid solo decir que tengo la firme intención de estar lo mínimo posible en la casa y lo máximo posible en las vuestras para veros a todos. Por una vez no haré pereza y si me tengo que mover por toda la Comunidad (huelgas de transporte mediante), lo haré.
Por cierto. En este viaje tengo que vaciar la casa y ponerla en alquiler. La parte de Jorge ira para Sevilla el 23, y la mía ira en parte a casa de mi santa madre en esos días. Si alguien sabe de quien quiera alquilármela la dejo con todo (menos la cafetera que se vendrá en avión al hemisferio sur), y por 550 € (agua y comunidad incluida) estará disponible desde el 15 de enero. Me da mucha pena, pero me temo que necesito el dinero, y en los viajes que haga a España abusare de vuestra hospitalidad y listo.

Pues nada chic@s. Siento no haber enviado las habituales felicitaciones, pero desde aquí es como complicado, pero sin el cómo.
Quien quiera y pueda, hay una cita en pie en Casa Camacho (calle San Andrés numero 4).
Yo seré el que esta borracho en el suelo.

Besos&abrazos ( y Feliz Navidad)

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Relatividad y Física


Buenas tardes a tod@s:

Cuando uno está fuera de casa se da cuenta que hay dos tipos de distancias.
Una es la relativa. Es la que se siente. La que lleva uno dentro. En muchos casos puedes estar al lado físicamente de una persona y en cambio estar a mil años luz de sentirla cerca. Esta distancia es la que en muchos casos puedas estar más cerca de un amigo con el que a pesar de todo hables con frecuencia y siga sabiendo de tu vida y tu de la suya, que con otro con el que pierdes el contacto y no lo vuelves a hablar… a pesar de estar en la misma ciudad.
La otra distancia es la física. Es la que irrevocablemente no se puede modificar ni puedes hacer mucho con ella. Puedes conseguirte un jet privado, pero desgraciadamente ese tipo de cosas están al alcance de muy pocas personas.
Todo esto viene porque se cumplió hace un par de semanas una de mis mayores pesadillas. Que le pasara algo a alguien y yo no estuviera ahí. La sensación es de frustración, de impotencia de no poder ir y decir: no te preocupes, que yo estoy a tu lado. Es la rabia de no poder tomar un coche e ir corriendo para consolar y ayudar, o simplemente estar.

Yo puede que este a 11.000 km de distancia de todo lo que quiero, pero en este caso y más que nunca, eso es solo un dato físico que no puedo controlar. En todo el resto estoy allá, intentando transmitir buena energía y buenas vibraciones. Mandando alguna tontería de Whatsapp para que se ría y sepa que puede que la física me impida tomar un auto y salir pitando, pero que la relatividad cuenta que estoy ahí contigo y siempre estaré.
Besos&abrazos (y uno enorme para ti)